El llamado de la especie
Sergio Chejfec
Una mujer y sus amigas. Unos recuerdos de infancia. Unos traslados. Unas fábricas. Unos pobres. Unas historias. Tales son los elementos que integran EL LLAMADO DE LA ESPECIE. Pese a su claridad, los hechos se empecinan en confundirse: pocas cosas se repiten igual, todo es diferente a como se previó. La complejidad resulta tan ardua que la protagonista decide plegarse al torrente temporal que ordena, selecciona y desecha. Sin embargo no es admitida: debe atender al llamado que muchos han escuchado y pocos obedecido. Debe ser la testigo, o sea una ajena. Pero esta marginación también la decepciona. Una decepción que perdura hasta tanto se produce un cambio fundamental: la mujer decide asumirse como voz negada, como eco desordenado. En esa parte de la historia comienza el libro.